FIN DE SEMANA

Dos únicas noches de descanso que se truncan entre vivencias alucinógenas:

El sábado corro en la oscuridad de un hotel, dando pasos rápidos y firmes, silenciados por una moqueta color burdeos, con el clásico motivo inglés en ocres y marrones. Estoy buscando un baño que no funciona y tras abrir la segunda puerta me escondo sin saber por qué o de quién. Al darme la vuelta veo una joven china oferente recostada en la fría bañera aullando como una hiena en celo. Sus gritos perturban la tranquilidad de la oscuridad, poniendo en peligro el escondite, por lo que mi mente maquina poner fin a dicha tortura.

Me debato entre violarla, matarla o una cosa tras otra.

(Beber agua)

Me abalanzo sobre ella y le derribo sujetando su cara contra el suelo para silenciar su gimoteo.

DOMINGO:

Corro en la oscuridad de una calle festiva en busca de un bar donde tomar una pinta de Guiness. Me detengo a la puerta de una concurrida discoteca para recobrar el aliento y hacer una llamada telefónica cuando un hombre negro trata de robarme una de mis chalotas violáceas.

-¡Si no son para mí, tampoco para ti! Se las arrojo a la cara mientras los pedazos de cebolla recién cortada le abofetean ofendiendo su carácter proclive a la pelea, cuando de pronto se alza cada uno de los miembros de la banda dispuestos a defender su honor.

Corro entre la gente que baila y bebe, apartando sus cuerpos para conseguir hacerme un hueco en el que avanzar de forma más rápida que mis perseguidores. 

Huyo del conflicto como los perros del baño, escondiéndome en una lóbrega droguería en la que poder comprar todo tipo de pigmentos y ungüentos. Escruto cada uno de los artículos que se me ofrecen y reclaman de mi atención, cuando de pronto mis ojos se clavan en unas bolsas cuyas etiquetas indican cabelleras de fideos de vivos colores.

El dependiente o dependienta, según se mire, intenta hacer negocio tratando de colarme unos rebajados quesos hilados de colores cubiertos de moho, que llevan más de un año caducados.

El repugnante olor me despierta del letargo y me dice que debo dormir y descansar más, mas no es posible pues tengo que partir hacia un nuevo y lluvioso Sunday.

Publicado en: "LEER(TE)" Cerezo Ediciones.

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